Posterior al
alzamiento del pueblo mapuche, el gobierno de Chile impuso su plan
de ocupación de los territorios indígenas, proyecto que fue
denominado pacificación de la Araucanía y que tuvo como ideólogo al general del
ejército Cornelio Saavedra Rodríguez, quién se mantenía ansioso por comenzar
una impronta en el territorio indígena. Así lo demuestran las siguientes
líneas:
"Desde que en el siglo pasado se estipuló reconocer como línea
divisoria entre los españoles y los indígenas el río
Biobío, bien poco se ha avanzado en la obra de la reducción y la civilización
de los araucanos. La falta de un plan sistemático y seguido con fe y constancia
ha hecho por otra parte infructuosos los esfuerzos individuales y las
conquistas del comercio y de la civilización". (Cornelio Saavedra
escribiéndole al Ministro de Estado del departamento de Guerra las
consideraciones sobre el avance en las fronteras. http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0001742.pdf )
Dentro de
este proyecto se pretendía tanto las incursiones militares como también una
penetración pacífica por medio de la construcción de ciudades y pueblos,
estructuración urbana, como también mediante el traspaso de la cultura chilena
hacia el otro lado de la frontera. Así también este proyecto consideraba el
establecimiento de colonos extranjeros de forma gratuita con el objeto de
fomentar la producción agrícola y el desarrollo de la zona.
Además de
las figuras políticas que fomentaban la ocupación, se sumó el diario "El
Mercurio de Valparaíso" (de carácter conservador), donde se
buscaba persuadir la opinión pública para presionar a las autoridades
a tomar una decisión rápida sobre el tema, utilizando frases como la siguiente: "Más influye en ellos la
holganza y libertad de la vida natural, que todos los consejos y reflexiones
para instruirlos, con el fin de que se sometan a la union y prácticas civiles y
relijiosas" (El Mercurio de Valparaíso, 11 de mayo de 1859).
En el año
1861 el General Cornelio Saavedra da inicio a la primera etapa de la ocupación,
la cual presenció una baja resistencia y por lo tanto
un rápido avance. De este modo se construyeron los fuertes
desde Lebu y Mulchén hasta llegar al río Toltén, por lo que hacia el año 1867
significó un total de 40 kilómetros en sentido longitudinal de
ocupación en la Araucanía.
No obstante
para el año 1868 el avance se hizo más dificultoso, ello porque las tropas se
insertaron en la alta cordillera generándose enfrentamientos
sangrientos que terminaron por derrotar las tropas indígenas. En 1871 se logró
trasladar la frontera hasta la zona de Traiguén, donde se fundó un fuerte con
el mismo nombre, bajo el mando del general Basilio Urrutia. En esta etapa las
tropas mapuche se encontraban fuertemente debilitadas por lo que su resistencia
fue escasa.
Tras el
estallido de la Guerra del Pacífico en el año 1979, el general Basilio Urrutia
debió asumir el cargo de Ministro de Guerra y Marina, trasladando las tropas
desde la Araucanía al norte, situación que es aprovechada por los mapuches
para lanzar nuevos ataques a los fuertes ubicados en las zonas fronterizas.
Esta nueva sublevación ocurrida en 1880 se materializa en pérdidas para ambos
bandos. Sin embargo al finalizar la guerra contra Perú y Bolivia se
dispuso de toda las energías militares para conseguir la incorporación
absoluta, en el menor tiempo posible, del territorio indígena.
Por último,
la campaña de 1882 y 1883 fue más severa que las anteriores, donde la fuerte
represión hizo que los últimos rebeldes escaparan hacia las zonas
precordilleranas, dando finalizada la autonomía territorial mapuche en la
región. Simbolizado este triunfo con la fundación de Villarrica.
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